Uno
ve
el
trébol
que crece
silvestre
en
una
maceta
del
patio.
Las
lluvias
recientes
lo
han
ayudado
a crecer.
El
trébol
no
pide
nada,
no
está
allí
para
nada,
sólo
temblequea
cuando
sopla
el
viento.
Uno
ve
el
trébol
y
se
asombra
por
esa
vida verde,
por
esa
minúscula
existencia
inconsciente.
Entonces
pasa
un
pájaro,
se
posa
en
el
borde
de
barro
de
la
maceta
y
se
come
el
trébol.
Luego
vuela,
sale
de
mi
patio
y
cruza
el
cielo gris.
Estoy
seguro
que
esto
significa
algo.