Ayer me peleé con un árbol. Hoy mis nudillos están rotos, hinchados y con sangre coagulada. Tampoco tengo lentes. El teléfono celular yace muerto en mi mano: hubo un momento en que el árbol me lo quitó para que no tuviera oportunidad de llamarle a mi banda.
Recomendación a partir de la experiencia: no pelearse con un árbol si no traes un hacha. Son tipos duros.
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