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lunes, noviembre 08, 2010

El asfalto es piel

El cronista se apersona cerca de la hora señalada a una cuadra del lugar donde se presentará Susana San José y El Arraigo Domiciliario, pero al consultar el reloj nota que es demasiado temprano y decide encaminar sus pasos al azar y termina extraviado en la colonia Condesa, recorriendo a contracorriente de los automóviles el circuito de cuarto de milla que alguna vez perteneció a un hipódromo y hoy lleva el nombre de calle Ámsterdam. Cuando consigue liberarse de su giro y trata de reconocer dónde lo ha dejado el azar, nota que ha desembocado en la calle de Mexicali: ha regresado al lugar de partida y ahora lleva más de veinte minutos de retraso. Desde la puerta del bar se escuchan guitarras eléctricas, voces, el ritmo del movimiento. «Nada más fueron veinte minutos tarde», se recrimina. Pero el cronista no ha aprendido nada sobre la puntualidad: sigue siendo temprano y aquellas guitarras, esa voz y el movimiento se apagan de golpe y lo que ha terminado es apenas el ensayo, las pruebas de sonido. 
   De su bolsillo, el cronista saca su libreta y revisa sus preguntas. Porque el cronista cree que en lugar de hacer crónica, hará una nota. Dirá el periodístico qué, el por qué, el cómo, el cuándo, el dónde y la enviará a la redacción: Susana San José y El Arraigo Domiciliario, porque presenta su disco El asfalto es piel, habrá toquín, jueves dos de septiembre, un bar de la calle Mexicali. Pero ya se ha pedido la primera cerveza. 
   Con respecto a la puntualidad, el cronista se enterará que si una cita se anuncia a las ocho y media sólo está disfrazando las diez y media de la noche. Hasta esa hora Susana San José se para en el escenario, le tiende su voz al micrófono para decir hola, agradecer la presencia de sus amigos y del público anónimo (el cronista queda incluido dentro de este subconjunto), y apenas arrancados los primeros acordes, el cronista encuentra en la voz joven y delicada (y rasgándose) la emoción que provoca que el mutante rock no muera jamás y ante todos abre ese camino que enreda y desenreda el caos, los dolores y las alegrías, los brincos, el aturdimiento y la lucidez, la furia del amor, y que, en ocasiones, ofrece respuestas vitales o integra, como ella afirma, «partes del rompecabezas de la vida». Los fragmentos de una educación sentimental y musical que embonan en la personalidad y la sostienen. 
   Detrás, El Arraigo Domiciliario, un grupo heterogéneo que no comparte las afinidades de pertenecer a una misma brecha generacional, respalda la propuesta de esta artista con una intensidad envidiable. En el conjunto destaca la presencia, en el bajo, de Armando Vega Gil, escritor y botello; pero no son menos de llamar la atención René Medina en la batería, Ernesto Avilez y José Luis González en las guitarras eléctricas. Los instrumentos se han afinado y Susana San José, quien momentos antes ha agradecido la presencia de todos, cambia de actitud y abre el toquín con esa especie de oración a la alegría bucólica y provinciana que es «Pescadito blanco», la misma canción que inicia su disco.
   «Empecé a grabar este disco a principios de 2007 con diferentes músicos invitados», aclara en entrevista. «El Arraigo Domiciliario, mi grupo base, se formó una vez que ya había terminado de grabar». De allí, supone el cronista (que escribe esto al día siguiente, y ya ha escuchado el disco un par de veces), el contraste sobre la presentación en vivo y el disco. Dos caras de una misma moneda que brillan con igual intensidad, pero con diferencias marcadas. 
   En el disco se advierten sutilezas y experimentación: a mitad de una canción entra un solo de chelo que ayuda al oleaje de «El mar encadena»; en la música de este toquín lo que persiste es un impecable jugueteo entre lo ensayado y lo improvisado. Quizá la diferencia más notable es que, en vivo, el cronista baila y, frente al disco, el cronista escucha, busca desentrañar el discurso, entender a que se refieren ciertas oscuridades. ¿Son declaraciones de amor furioso o amenazas veladas de abandono lo que se escucha en «Drid pop», cuando en vivo es una invitación irresistible a la agitación corporal, al tembleque, al salto? 
   Dos temas son de la autoría de la misma Susana San José: «Viaducto Tlalpan» (en colaboración con Armando Vega Gil), recuento de un avance por la calle, y «Azúcar». En esta última se establece un límite y se marca quizá la poética de la rockera que sabe que : «Es el fin de una edad, no habrá más dulzura / Es el fin de una edad: la edad de azúcar». 
   Las demás canciones son variantes de temas ya conocidos, pero de vigencia y reedición siempre necesaria. «Canción de amor», de Francisco Barrios (que en voz de Susana San Juan es una invitación directa a la lujuria); «Bonzo», de Jaime López, (ese cuento de desamor y prendidez y fuego y torpeza que termina por quemar el cielo); «Soledad», de Botellita de Jerez; «Drid pop», de Lichis (tocada originalmente por La Cabra Mecánica); «Pescadito blanco», de Porfirio Almazán y «El mar encadena», de Mauricio Díaz El Hueso.
   «El disco contiene ocho piezas y estas canciones son parte del soundtrack, del rompecabezas de mi vida», afirma Susana San José, «de lo que me ha pasado, de cosas muy personales. Estas canciones reflejan cosas que yo hubiera querido decir. No las elegí por oportunismo ni por melodía sino porque el contenido es algo que me toca profundamente. Además de que el orden de las canciones es un pretexto para contar una historia mayor, lo interesante y divertido fue hacerlas mías y, de esa forma, rearmonizarlas.» 
   ¿Por rearmonizarlas hablas de reestructurarlas, reanimarlas con tu juventud, recuperar su fuerza para una nueva generación? El reportero que, tras la tercera cerveza, devendrá en cronista olvida preguntar eso, pero ahora supone aquello como una hipótesis que tendrá que resolver el escucha de este disco. 
   En el escenario, Susana San José cierra los ojos, se mete al fondo de la letra, se quema, sigue enumerando las razones de por qué el asfalto es piel. Y nosotros, los ácaros de esta ciudad, pululamos en un reducto de sus axilas de concreto a ritmo de rock.



Postdata: Aquí pueden escuchar algunas canciones del álbum.






1 comentario:

  1. Apenas voy leyendo esto... Siento que el cronista me conoce demasiado!
    Quién me entrevistó?...
    Está hermoso lo que dice a cerca de mi trabajo, muchas gracias.

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