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sábado, julio 31, 2010

La cama de fuego

De fuego ha de ser la cama
De fuego la cabecera
La mujer que a mí me quiera
hemos de arder de a de veras.






miércoles, julio 28, 2010

Bajo el signo de Venus




Bajo el signo de venus, 2007

domingo, julio 25, 2010

Otra hoja en blanco

Me despierto y me pongo a revisar las noticias y de pronto, en el suplemento cultural del periódico La Jornada encuentro mi nombre. ¡Que me han publicado y yo ni enterado!
   Así que les copio el enlace 


   PD. Ya que andan por ahí, pues lean de una vez las otras noticias y artículos que les parezcan de interés.
   PD2. La escribí con seudónimo.





Paseos nocturnos

En esta ciudad es la noche, pero a mí me han exiliado de la noche y su sonrisa. Busco un lugar prototípico donde descansar y beber una cerveza y no lo encuentro. Mi ropa, esta chamarra de mezclilla de Luz y Fuerza que me regaló un mi tío, no le parece adecuada a los cancerberos de las entradas. Vestido así, me ponen muchas trabas: que ya van a cerrar, que el lugar está lleno y no pueden violar los estatutos del aforo, que ya para qué entro si todos se están yendo (aunque nadie salga).
   Yo me voy por las calles de la ciudad mirándole su lluvia, el reflejo de los semáforos en sus calles húmedas, el rostro de sus muertos: camino junto a la llorona, junto a sus fantasmas prehispánicos, sobre los huesos de los ancestros. Yo, como ellos, también tengo sed.
   Voy gritando: ¡Amamántame, Ciudad de México, dame de beber!
   Pero a la ciudad, a estas horas, se le olvida que fue laguna.









sábado, julio 24, 2010

martes, julio 20, 2010

Nota a una edición casi artesanal

La cosa es que hoy, después de mucho darle vueltas, me decidí a infundirle vida a Frankenstein.





jueves, julio 15, 2010

Estas hojas

No sé de qué versarán estas hojas. Yo apunto mis opiniones lo más sosegado y reflexivo que puedo, pero estoy en el remolino y el remolino termina por arrebatarme toda prudencia. ¿De qué tratarán mis hojas? Pues no sé. Tengo ganas de decirle unas frescas a quienes se lo merecen, de comentar ciertos libros, de clavarme en la textura, de sosegar a veces mi neurosis, de glosar ciertos despertares. ¿De qué versarán mis hojas? Con que versen.